viernes, 3 de octubre de 2008

Una vez soñé

Siempre queda entreabierta la puerta
que da al balcón de tu abrazo,
y cuando sopla el viento se abre más,
y queda tu piel descubierta a la luz de la luna;
espero que la distancia de tus labios
no crezca más de lo necesario,
que la calma de tenerte no se esfume,
que llueva sobre el balcón y siempre quedes tú;
que en el momento de tomar café
y te pida el azúcar me des el corazón,
y cuando te vuelva a ver y te ofrezca el sol,
me lo niegues a toda costa y me des tus manos;
y que con tus manos y las mías formemos futuro,
parques sin hojas marchitas y eternas melodías;
sueño con las más cálidas mañanas contigo,
que estuvo gris la tarde y le dimos color con la aurora,
pintamos óleos y acuarelas;
que estuvo fría la noche y derretimos el hielo con risas,
con besos y chimeneas, con figuras de madera...
Sueños me sobran en las noches sin ti,
una vez soñé que entre bailes y juegos
construimos esperanza para los que no tenían ninguna,
y con tijeras y papel hicimos trenes de alegría,
que llevaban niños con carita sucia y corazón triste,
y el viaje no terminaba, nunca contigo abordo,
evaporando el sereno y aplacando el olvido...
Soñé que contigo ni el tiempo tendría prisa,
en fiestas ni en guerras, ni en el alma desbocada;
soñé contigo aliviándome el dolor de la gente,
y que sencillamente con tus ojos congelabas el hambre,
que cuando más necesitaba el desamparo,
menos necesitabas tú, y me dabas besos y esperanza,
en fin, lo que tenías de más...
Sueños me sobran en las noches sin ti,
una vez soñé que cuando tomábamos café,
te pedí el azúcar y me diste el corazón,
y te otra vez y te ofrecí el sol,
me lo negaste a toda costa y me diste tus manos,
y con tus manos y las mías formamos futuro,
básicamente parques y melodías,
óleos, acuarelas y trenes de alegría...

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