lunes, 22 de febrero de 2010

Te devuelvo un "te quiero"

Entrelazados estaban nuestros cuerpos,
como algas en el fondo del mar,
rogando por más tiempo,
pidiendo más siglos y más...

Al amanecer me dijiste "te quiero",
te respondí con un beso y nada más...

Era fácil barnizar tu corazón con miel,
particularmente sencillo tocarlo,
hasta que se fue buscando el alivio,
la paz del escudo del amor como un vientre...

Al amanecer me dijiste "te quiero",
te respondí con un beso y nada más...

Ni el cuento simple de un flautista,
ni los sobrenombres que nos endulzaban,
nada detuvo tu paso ligero,
ni mi sigiloso desprecio...

Al amanecer me dijiste "te quiero",
te respondí con un beso y nada más...

¿Para dónde se fue mi arrepentimiento?
A vagar con dos estrellas en la piel,
recordando las rutas trazadas en el mar,
o en la gris estela que refleja la ciudad...

Al amanecer me dijiste "te quiero",
te respondí con un beso y nada más...

Habrías clavado astillas de canela en mí,
desbordado los ríos que nutren mi humildad,
habrías sacado a relucir mi humanidad,
con la verdad que ocultamos en la almohada...

Al amanecer me dijiste "te quiero",
te respondí con un beso y nada más...

Pero te quiero yo también,
te quiero flor de un cuento,
te quiero más que ayer porque te he perdido,
te quiero en nuestro amanecer,
por siempre te quiero...

Te devuelvo un "te quiero" cobarde,
envuelto en pergaminos de mi alma,
que narran el gran amor que nos unió,
como queriendo decirte "te quiero"
con un beso y nada más...